El Régimen General de Protección de Datos (RGPD) no es algo que haya que tomarse a la ligera. No solo por las durísimas sanciones que implica su incumplimiento, sino por la responsabilidad que cualquier negocio tiene hacia sus clientes.
Desde el momento en que estos ponen sus datos a disposición de un tercero están entregándola un bien muy valioso. En la era de la información, los datos son la herramienta de la que se sirven los comerciantes para conocer los gustos y preferencias del consumidor. Por lo tanto, es especialmente importante que las empresas tomen conciencia de lo importante que es tratar este material con el cuidado que requiere.
En muchos casos se tiene la tentación de utilizar textos estándar para evitar lo que es un gasto necesario, contar con un profesional en consultoría de datos.
Esta figura es la que va a aportar el conocimiento necesario para que todo esté en orden, y no solo a nivel puramente formal para evitar sanciones, sino también para implementar los métodos y mecanismos que permitan a cualquier organización tratar este material de la forma adecuada.
El consultor adecuado es una persona con una formación específica en este campo, pero que también tenga conocimiento en el campo jurídico, sea capaz de mostrar habilidades organizativas y esté al tanto de cómo evoluciona la tecnología para formarse en cualquier innovación que lo requiera.
Alguien con este perfil, que implemente las medidas de control y verificación necesarias de forma regular para asegurarse de que el tratamiento de los datos está siempre en los parámetros de la legalidad es una inversión en seguridad. Descuidar este aspecto puede conllevar sanciones económicas de gran magnitud que incluso pueden llevar a la organización a tener que cesar en su actividad.